sábado, 22 de agosto de 2009

Desde Noruega,

El tiempo, siempre cambiante, y los precios astronómicos son las dos principales desventajas de este bellísimo país,
En contrapartida he disfrutado de un país que funciona bien, que se organiza bien, los trenes, los ferrys, los aviones son cómodos y puntuales, las calles estan limpias y cuidadas, la gente es educada y civilizada,la vida diaria es fluida, nadie se sorprende al ver un turista, lo cual es sorprendente (para mí) después de unos anyos de viajar a Perú, India, Brasil, Algeria, Marruecos,...
A parte de conocer Oslo que no deja de ser una capital en la que predomina el hormigón, una bella capital repleta de parques y jardines. Creo que debe ser la ciudad con más estatuas que he visitado, con decir que encontramos una en el umbral de la puerta de un McDonalds (tuvimos que recurrir ha esta famosa cadena de comidas rápidas).
Bergen es otra cosa. Allí si que tienes la sensación de encontrar un lugar diferente, importante cuando viajas, al menos para mí.
Sus casas de madera que van desde el puerto en el fiordo hacia la falda de las siete colinas que la rodean son un gusto para los que venimos de la cultura del asfalto. Las calles empedradas a menudo ceden espacio para que el césped se apropie de un apacible parque, las estatuas también aparecen dispersas aquí y allá, pero estan en todas partes.
Oslo y Bergen son diferentes pero se parecen en una cosa, y lo digo por propia experiencia, estan sujetas a los caprichos climatológicos, aquí el tiempo siempre está cambiando y ambas ciudades divergen de si mismas cuando estan bajo la lluvia. Tuvimos suerte, tuvimos de todo.
Los fiordos son un cuadro o una postal, imposible de retratar en una foto. Los hemos visto a bordo de tren, barco, en zodiac y a pie, y estoy profundamente satisfecho de haber dedicado tres días a verlos, la opción fiordos en 24 hrs me parece un timo a evitar si uno quiere formar parte de la postal.
La tranquilidad de Balanstrand unida a los más económicos precios que hemos encontrado hace de está tranquila localidad un hallazgo difícil de olvidar.
En Flam nos encontramos con lo contrario aunque eso no desmerece la belleza del entorno, lástima de los cruceros atracando en su muelle. La excurisón en zodiac además de hacerte sentir minúsculo sobre unas aguas tan profundas y unas montanyas tan altas nos regaló un ratito de observar focas y delfines. Nadie nos dijó que en los fiordos se pudiesen ver focas!!!.
Nos vamos con la sensación de dejarnos mogollón de parajes por descubrir, el preikastolen, el geiranger, el cabo norte,... la puerta queda abierta para una segunda parte como en las pelis de terror.

Ahora Sícilia!!!