lunes, 24 de marzo de 2008




48 euros, 55 km

Riells, parque natural del Montseny,
un hostal,
un recomendable hostal,
un pequeño hostal familiar,
por dos días y dos noches,
en pensión completa o cuidados intensivos,
dieta a base de platos caseros,
es cierto!, caseros.
cocinados a la leña,
embutidos y pà de pagès,
Per veure aigua i vi?(¿para beber agua y vino?)
todo en abundancia,
voldràn més?(¿querrán más?)

Riells es una Abadía y masías alrededor,
es pistas forestales a Gualba o Santa Fe,
es, sobretodo, un lugar tranquilo.
No es polución,
no es prisa, ni agitación,
no es desazón por todo lo que falta por hacer,
no es aglomeración,
no es tecnología,
no es, sobretodo, rutina.

Es aislamiento pero no lo es,
es lectura junto a la "llar de foc",
pero también conversación.


Es inactividad pero no lo es,
es siesta bajo mantas,
pero también paseo por el Castell de Montsoriu.
Que se lo digan a kenoki.

Escapada, respiro, descanso, gastronomía,
deporte, naturaleza, paseo, nieve..., sí hasta nieve,
cultura, descubrimiento, soledad, compañía, lectura,
chimenea,...

55km, 48 euros.

miércoles, 19 de marzo de 2008

A la Mola pel Camí dels Monjos


Esta semana santa a parte de la sequía de nuestros bosques padecemos una sequía económica, ni llueve en catalunya ni el euribor abandona su ascensión; de conjugar el interés por la naturaleza con la ausencia de medios económicos surge la idea de pasar una semana santa constricta,... ostia como las de antiguamente, de bocadillos envueltos en papel de plata y excursiones por las serranías más próximas,... cualquiera se aleja con el precio de la gasolina por las nubes.

Así las cosas, la Semana Santa de Eva y mía ha comenzado con una excursión a la Mola, el pico más alto del Parc de Sant Llorenç del Munt i l'Obac (1104 m.), este se caracteriza por estar formado por conglomerados de un relieve muy característico, producto de los diferentes grados de resistencia a la erosión de estos y que da lugar a formaciones muy peculiares. En la cima se encuentra el monasterio románico de Sant Llorenç del Munt que guarda grandes semejanzas con el de Sant Cugat pero en tamaño reducido y en el cual se ha habilitado un comedor del que emanan ricas olores a carne braseándose al fuego de la leña.


Que padecer comernos nuestros bocadillos de pan de molde a la intemperie mientras la puerta del restaurante se abría y cerraba con la llegada de cada comensal dejando escapar con cada ciclo un maravilloso perfume y la promesa de una temperatura más cálida en el interior.



Que le vamos a hacer, este año toca constricción y en eso estamos, desde luego a lo que no nos resignamos es a encerrarnos en casa.

Fins aviat!!!.






domingo, 9 de marzo de 2008

LA ANÉCDOTA.


Cuando dos culturas se encuentran suelen aparecer cantidad de anécdotas graciosas, pero la mejor de las que nos pasó a nosotros (haima 7) no tuvo nada que ver con el choque cultural.

Nos pasó a José(compañero de haima) y a mí el mismo día de la carrera (ya llevábamos dos días allí!!!).

Como estaba previsto nos presentamos a la hora establecida para desayunar con el resto de los participantes de la media maratón. Al llegar al club(lugar de encuentro) no nos extrañó no ver partir los autocares de los participantes de la maratón, ni que el comedor estuviese prácticamente desierto. Que nos iba a extrañar si estábamos convencidos de que en Argelia como en Canarias era una hora menos, eso era lo que nos había dicho Vicent(compañero de Haima, repetidor de experiencia y persona de gran "vida interior"), llevábamos dos días allí viviendo una hora atrasados.

Para más INRI José no se percató de que habíamos perdido el autobús de los mediomaratonianos hasta después de dejarme volver a la haima, volvía porque íbamos sobrados de tiempo (o eso pensábamos nosotros) y yo necesitaba aligerar...


Podéis imaginaros,

De vuelta de la haima me encuentro a José con la cara descompuesta, me explica, no sin cierta prisa, que acaba de averiguar que Argelia está en la misma franja horaria que la península y que hemos perdido el autobús que debía llevarnos a Auserd para tomar la salida,...

...Mi cara debía ser un poema,...

... Entonces me explica que había encontrado un par de tipos saharauis que también corrían la media y que tenían un jeep que los iba a llevar hasta Auserd.

¡SALVADOS!,

En el jeep subimos el piloto, un copi y los cuatro atletas. De nuevo el ambiente pasa a ser distendido, volvemos a reír y recuperamos la calma...

...la recuperamos hasta que hacer una parada en una escuela en medio del desierto en la que
suben al jeep diez personas más, SÍ, sí diez personas más. En un abrir y cerrar de ojos pasamos a ser dieciséis personas en un coche, comprimidas cual archivo zip botando con cada piedra del desierto,...


Cuando al fin llegamos a nuestro destino no bajamos del jeep, salimos despedidos, agradecidos de poder mover libremente las articulaciones entumecidas y a tiempo para tomar la salida de la carrera.

Ni del despiste horario,
ni del viaje en jeep,
creo que vayamos a olvidarnos,
eh, José?.

D.

jueves, 6 de marzo de 2008

La familia saharaui,

Si digo que el modelo de la familia saharaui parece, al menos en una primera impresión, infinitamente mejor que el nuestro no es una exageración producto de la euforia viajera, es la apreciación del profundo sentimiento de arraigo que muestran los miembros de la misma, el cariño que se profesan y la ausencia de distracciones o cachivaches que fomenten la intimidad.
Nosotros pasamos mucho tiempo junto a nuestra familia, sentados o tendidos de costado en la haima, tomando o preparando te, a veces charlando y a veces en silencio, jugando, bailando al son ahora de Enrique Iglesias, ahora de un grupo árabe. He alucinado con su gran capacidad para ingeniar distracciones a pesar de las carencias lo que contrasta con la diversión sin esfuerzo pero con exceso de medios de nuestro "primer mundo".
No hay habitaciones ni puertas, no hay televisores ni messengers y en cambio sí que hay costumbres que fomentan la interacción y la comunicación como el ceremonial del te o comer todos del mismo plato. Esta ausencia de intimidad es para mí el contrapunto de la sociedad saharaui al igual que la ausencia de espacios y momentos para la interacción y la comunicación lo son de la nuestra.

En el preciso instante en que escribía esto en la libreta de viaje, Selma y Dadai estaban encima mío tratando de leerla mientras Muja cogía, a su vez, mi libro de la colchoneta donde duermo y comenzaba a ojearlo sin entender una sola palabra.
Muchas cosas llamaron mi atención pero quizá la última que quisiera destacar es que Lueha la matriarca era la encargada de recoger todos nuestros regalos y luego repartirlos, ella era la que decía lo que había que hacer y cuando hacerlo mientras Lehbib, el patriarca, era el que pasaba menos horas con nosotros y no parecía tener ni tenedor, ni cuchillo, ni pinchar, ni cortar,...
A parte de ellos un homenaje para mis hermanos por una semana: Gabula, Muja, Sibla, Najat, Halimhna, Dadai, Selma y el sobrinillo de dos años Breke.
D.

martes, 4 de marzo de 2008



En la Haima,

En la Haima el tiempo transcurre de forma diferente, las prisas carecen de sentido y la vida se afronta de otra manera. Tendidos en las alfombras no te asedian los pensamientos de cosas por hacer, una especie de calma se apodera de todo mientras el tiempo se mide entre te y te.

El te acostumbra a prepararlo Lueha, la matriarca de la familia que nos acoge, aunque a veces también lo prepara alguna de sus cuatro hijas. Sería inútil intentar detallar como es el proceso de preparación del mismo porque cuando no olvidara algun paso seguro que me inventaría otro. Lo que sí puedo explicar es que se toman tres tes antes de cambiar las hierbas de la tetera: El primero amargo como la vida, el segundo dulce como el amor y el tercero suave como la muerte.


Por la haima pasan familiares y vecinos, llegan y tienden la mano para después de encajarla llevársela al corazón. Se sientan o se tienden junto a nosotros, conversan y callan, y se marchan como vinieron sin propósito alguno.

El único mobiliario son unas bandejas con patas para la preparación del te, para nosotros, los atletas, han traido unas mesitas redondas y bajas de plástico para que podamos comer más comodamente pero ellos no las utilizan. Cuando el sol se pone la luz brota de un fluorescente conectado a una bateria de coche que a su vez se carga mediante un panel solar que permanece tendido y expuesto al sol justo todo el día.

Solo nos entedemos con Selma, el hijo de 12 años, que ha pasado dos veranos con una família española en Canals, Valencia, tratamos de conversar a veces con mayor éxito otras con menor, tratamos de aprender algunas palabras en hasaní y ellos chapurrean algunas frases en castellano que recuerdan de otros tiempos, los silencios, cuando se dan, no son nada incómodos.

Dejamos las horas marchar, observando otra forma de vivir tan diferente a la nuestra.

D.


Se acabo la experiencia saharaui. Y debo decir que me siento muy orgulloso de haberla vivido.

En primer lugar porque he tenido la posibilidad de romper con la rutina diaria y vivir una aventura que no solo no voy a olvidar sino que además querré repetir, en segundo lugar porque me ha permitido convivir con una familia saharaui que me ha acogido como uno más de la familia, en tercer lugar porque me ha dado la posibilidad de compaginar el deporte con un viaje de descubrimiento y finalmente porque me ha permitido conocer a algunas personas encantadoras con inquietudes parecidas a las mías(recuerdos José Manuel y Ángel).

Poco a poco iré escribiendo anécdotas, curiosidades y aventuras y desventuras del viaje. Será buena terapia para revivir algunos buenos momentos a la vez que una forma de acercaros a una realidad distinta.