miércoles, 21 de marzo de 2007


Los cínicos no sirven para este oficio

Se trata de un compendio de tres entrevistas al célebre corresponsal Ryszard Kapuscinski. A lo largo de estas poco más de cien páginas se reflexiona acerca del oficio de periodista pero también del poder que ejercen los medios de comunicación, de cómo estos determinan que es noticia y, por tanto, que pasa a la historia.

Después de leída esta pequeña joya a la que pienso dedicar más atenciones soy consciente de que los medios no pueden recoger todos los conflictos o hechos importantes que acaecen en el mundo, pero también lo soy de que el criterio que siguen estos medios para seleccionar sus noticias es el de la competencia. Así, vender más periódicos o posicionar a una determinada parte de la población pesa más que la actualidad o el derecho a la información.

Ryszard afirma en este libro: "es un error escribir sobre alguien con quien no se ha compartido al menos un tramo de la vida". Lo cual me produce dos reflexiones. Por un lado, levanta una sospecha hacia esos periodistas o intelectuales de tertulia radiofónica o plató que pretenden la razón pero que se encuentran tan alejados de la notica como nosotros, y por otro, me invita a ser más crítico a la hora de crearme opiniones o emitir juicios.

viernes, 16 de marzo de 2007


Comienzo a leer "Los cínicos no sirven para este oficio. Sobre el buen periodismo" de Ryszard Kapuscinski. Y en la introducción me encuentro con la siguiente analogía:

<<No hace falta fijarse en la política, sino en el arte. Siempre ha sido el arte el que, con gran anticipación y claridad, ha indicado qué rumbo estaba tomando el mundo y las grandes transformaciones que se preparaban. es más útil entrar en un museo que hablar con cien políticos profesionales. Hoy en día, como el arte nos revela, la historia se está posmodernizando. Si le aplicáramos a ella las categorías interpretativas que hemos elaborado para el arte, quizá lograríamos desentrañarla mejor y tendríamos instrumentos de análisis menos obsoletos de los que, generalmente, nos empeñamos en utilizar.Caídas las grandes ideologías unificadoras y, a su manera, totalitarias, y en crisis todos los sistemas de valores y de referencia apropiados para aplicar universalmente, nos queda, en efecto, la diversidad, la convivencia entre opuestos, la contigüidad de lo incompatible. Puede derivarse de todo ello una conflictividad abierta y sanguinaria, arcaica, el enfrentamiento difuso, el renacimiento de los localismos y de los más feroces tribalismos, pero también podría surgir un lento aprendizaje de la aceptación de lo distinto a uno mismo, de la renuncia a un centro, a una representación única. Como el arte posmoderno nos enseña, quizá podríamos darnos cuenta de que hay espacio para todos y que nadie tiene más derecho de ciudadanía que los demás>>.


Que vigencia más extraordinaria tiene este texto de kapuscinski. ¿No os parece?.

Gràcies Jaume.

lunes, 5 de marzo de 2007


El Barrio de la Mora,

Mientras se supone que debería estar estudiando el temario de las oposiciones pienso en que hace un año que nos hemos trasladado a Badalona. Desde la silla en la que me encuentro igual estudio a destajo, utilizando más la memoria que la comprensión, igual me distraigo mirando por el ventanal desde donde veo las vías del tren por la que circulan los impuntuales trenes de RENFE. A esta hora de la mañana en que no hace mucho que ha amanecido los veo pasar con gran frecuencia y me los imagino repletos de personas somnolientas que van y vienen de sus quehaceres, cada uno un mundo, una vida, unos gustos. Un poco más allá de los railes se encuentran algunas naves industriales de paredes envejecidas, sucias por los graffiti y que esperan a ser derruidas. Curioso verdad?, la construcción-derrucción acaba con los vestigios de la antigua actividad industrial y se convierte en la industria hegemónica, lo cual me hace pensar en que cuando haya más viviendas que personas habrá que parar de poner tochos, luego a que se dedicarán esos trabajadores?, y que pasará con el mercado, el PIB, etc...?.

En fin..., continuemos.

Entre la vía y las naves crecen matojos secos que alcanzan justo la altura del abandono y entre ellos hay una chabola construida con palees de madera, con cartones y trozos de plástico, hoy, incluso veo que se ha añadido al inmobiliario una sombrilla de esas de terraza. Medio en broma se me ocurre que ese vecino está siendo respetuoso con el medio ambiente, medio en serio siento curiosidad por una persona que vive en los arrabales del sistema del que el resto estamos presos y sintiendo lástima por mi mismo pienso que nunca reuniré el valor necesario para acercarme a preguntarle si es feliz así.

La visión desde este ventanal no es nada halagüeña y desde luego no justifica la trampa del banco sino fuera porque estamos en el lado de la vía que apega al mar y justo al lado tenemos el puerto de Badalona que según los planos formará un canal que llegará hasta la ciudad del básquet.

Tanto Eva y yo como el resto de vecinos hemos comprado una idea de barrio, suposiciones y eso tiene un precio.

Mientras deciden si las vecinas torres de ENDESA, las tres torres como se las conoce popularmente y que son visibles desde cualquier punto elevado de Barcelona, han de ser demolidas o conservadas como recuerdo, feo recuerdo a humo en mi opinión, disfrutaré de los solitarios y melancólicos paseos hasta la playa con kenoki, consciente de vivir en un lugar muy especial que se encuentra atrapado entre el pasado, arrabal del sistema por el que desfila toda una serie de personajes estrambóticos que buscan un espacio y un tiempo en el que salirse de la tira cómica, y el futuro, la integración dentro de un sistema más unificador y quizá menos interesante.