lunes, 12 de mayo de 2008

VII Cursa de Muntanya del Berguedà (24,600 km.)

Después de un fin de semana pasado por agua no podía creerme que el domingo pudiese tomar la sálida de la VII Cursa d'alta Muntanya del Berguedà bajo un cielo a penas cubierto por algunas nubes blancas.

Esta era la primera vez que disputaba una cursa d'alta muntanya, hasta ahora había hecho travesías de entre ellas la peor la Matagalls-Montserrat. La diferencia entre unas y otras, al menos para mí, es el enfoque: En las curses hay clasificación y por tanto es importante acabarlas en el menor tiempo posible y en las travesías lo importante es acabar.

Llover, no llovía, pero nos encontramos con más de la mitad del recorrido convertido en un barrizal, en el cual resbalábamos un paso sí, dos no, lo cual era desesperante dadolo duro de la prueba. En realidad de subida fastidiaba el barro por el esfuerzo adicional y de bajada por lo peligroso delos resbalones. Yo me caí dos veces, me rocé el culo y el tobillo que por la noche empezó a hincharse.

A pesar del rebozado y de las magulladuras tengo que decir que me lo pasé genial. En primer lugar porque no conocía la zona, nunca había estado en Berga, ni en el santuario de Queralt, ni en la estación de esquí de rasos de peguera, en segundo lugar porque el paisaje es precioso y a más esfuerzo, más bonito el paisaje que descubres. Es difícil explicar la sensación tan agradable al llegar a Rasos d'abaix, cubierto de nieve ycon vistas a la serralada d'Ensija toda nevada. Y en tercer lugar por lo que de aventura tiene la experiencia: Coronar picos, descubrir paisajes, sorprenderte por encontrar imprevistos como la nieve, atravesar ríos, buscar los propios límites,...
Gracias Antonio y Juanma por acompañarme en esta aventura.
Quien se anima para la próxima...
Subida al Pedraforca el 15 de junio.






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