martes, 30 de septiembre de 2008














que pesaito con la triatló de Barcelona... (Que se lo digan a Eva que me ha soportado)

Este fin de semana, al fin, llega la triatló. Llevo preparándome para el evento más de mes y medio. Comencé nadando hasta la boya en la playa que hay en frente de casa y ahora estoy por las sesenta piscinas. En este tiempo he pinchado dos veces, me han picado medusas y he perdido algo de peso a cambio le he podido añadir algo de variedad a mi entrenamiento de carrera y me siento muy fuerte.


A falta de una semana y cuando los entrenamientos triatléticos ya están tocando a su fin estoy contento por las picaduras de medusa, por los pinchazos, por el dolor de cóccix (vamos de culo), por el de las agujetas, etc... Estoy contento no porque sea algo masoquista, que seguro que lo soy sino porque he vivido todos estos días luchando por conseguir un objetivo. Me gusta ponerme metas como tratamiento para la rutina y la ausencia de ilusión.

La anécdota es que pasé los primeros 20 días de preparación debatiéndome entre hacer la triatló corta o sprint o la larga u olímpica. Cuando al fin me decidí por la corta o sprint resultó que las inscripciones para esta estaban cerradas. De repente no hubo duda en la distancia a recorrer pero el reto volvió a hacerse grande.

El próximo día 5 participaré en mi primera triatló olímpica. Nadaré 1500 m., pedalearé 40 km. y correré 10 km. Hay es nada.

Tengo la salida a las 08:35 de la mañana en la playa de la Mar Bella, soy el dorsal 526. Y como es costumbre y como a mi me gusta hacer las cosas, después de la competición pienso fartar, como dicen en Castellón, en un restaurante y beber todo el vino que mi cuerpo pueda soportar... Por lo del ying y el yang, ya se sabe...

En la mochila El kanji y mi hermano.



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