Este es un correo que me envió Estela desde Nicaragua este pasado Agosto. No hace falta que os explique lo bien que escribe porque lo vais a comprobar vosotros mismos.

- Es usted nicaraguense?
- Por la gracia de Dios.
La nica que esta sentada a mi lado en el autobus de Rivas a San Jose
va a visitar a su hija que vive en Costa Rica y esta casada con un
tico mucho mayor que ella. Su hijo, en cambio, esta con una gringa
como yo, dice. Es buena, le paga la universidad.

La primera parada del viaje fue la ciudad a la que me dirigia
entonces, San Jose. Costa Rica. El autobus que nos lleva a la capital
es viejo, autentico. Oscurece desde un bar de la calle central, suena
"La Flaca" de Jarabe de Palo. Caos, gentio. Ticos que quieren parecer
gringos y gringos con cara de gringos. El hostal, rosa. Y una litera.
Al dia siguiente, muy pronto, salimos hacia Nicaragua. Nos despide un
gringo en la puerta del hostal. Estamos en America. Latina, o eso
parece.

Espanya esta cerca de Juigalpa? La pregunta es de un ninyo que vende
maiz tostado en un autobus hacia Managua, Nicaragua. Se rie mucho
antes de responder mis preguntas, va a la escuela y no tiene para
zapatos. Los que lleva estan remachados con hilo de coser. Ahi
Nicaragua empieza a hurgar muy dentro.

Los primeros placeres los encontramos en el color increible de la
playa de una isla inhabitada, virgen, del Caribe, en las aguas claras
del lago volcanico de Apoyo, en el azul intenso y las olas del
Pacifico. Tambien en "platicar" con los nicas, que sonrien pronto, con
timidez pero de verdad. En las siestas hamaqueando. O en las charlas a
la luz de las velas, objetos imprescindibles porque en Nicaragua Union
Fenosa corta la luz cada dia.

De vuelta a San Jose pasamos miedo por primera vez. Nos hemos perdido
en lo que parece un barrio chungo de la ciudad. Preguntamos a una
senyora en una tienda. A juzgar por sus gestos, hemos hecho algo muy
grave. Recorre con la mirada nuestros escotes, mi camara de fotos,
nuestras caras. Nos van a jalar, a robar y a matar, asegura. Mierda,
mejor agarramos un taxi. No se si ha sido buena idea, el taxista
parece sacado de una pelicula de terror.

Al dia siguiente, con el sol del mediodia, la capital tica luce mas
amable. McDonald's, la CNN en las televisiones de los bares. En su
humilde quisco en la calle, un chico lleva una camiseta que reza "Se
habla espanyol". Menos mal, por un momento se me habia olvidado.

Un camarero tico nos dice que la vida tambien esta dura aqui. La
sonrisa tica es seductora, pero no sale tan de dentro. Me acuerdo de
algo mas que me dijo la senyora del autobus, a los nicas se les
diferencia de los ticos porque sonrien mas. Y porque quieren mas a su
pais. Indudable, escuchandola a ella, al espanyol que se caso con una
nica y monto una fundacion en San Ramon, a los integrantes de una
cooperativa que fomentan el turismo en las comunidades, leyendo a
Gioconda Belli, a Sergio Ramirez uno se contagia del orgullo de
pertenecer a algo. Y se siente un poco mas revolucionario.

Manyana regresamos, hoy hubo overbooking en nuestro vuelo. Estamos en
un hotel de cuatro estrellas en San Jose pagado por la companyia
aerea. El lugar invita a querer un poco mas a Nicaragua.



Estela.